La fidelidad del dibujo y la realidad de la obra de Bosque sobrecogen, y si no fuera de su empaste y el brío de su paleta, su hiperrealismo carecería de calor y el efecto sería de perfecta lente fotográfica. Pero ahí está su fuerza, su color contrastante, sus claros y oscuros, y su materia rica y magnífica ejecución para convertir en pintura esos magníficos paños, objetos y personajes, estos increíbles encajes y calados que en su mano adquieren plasticidad, y sus trabajados fondos, sean oscuros para contrastar o claros agrietados, algo efectivista la composición, pero muy bella y que no elude dificultades bien resueltas. La exposición de Bosque puede considerarse como una de las más brillantes, limpias y honradas.
Conchita de Kindelán
El realismo, sacado a superficie del lienzo o de la tabla, como lo hace Bosque, no parece que pueda dar más de sí. La realidad está en tensión definidora, minuciosa de perfeccionamiento formal y como agresiva de verosimilitud. Nada escapa a su mirada inquisitiva, implacable de obserbación que se fija luego en el lienzo con evidente maestría. La pintura ha cultivado siempre este verismo como un alarde de su capacidad de captura para someter a la realidad sin desguazarla ni desentrañar su apaciencia. Las cosas son lo que aparentan ser y no lo que sugieren o lo que ocultan cuando la pintura se detiene a hurgar en los adentros de la forma. Estamos así ante una realidad consumada. Pero en esa consumación hay algo más que habilidad en el dominio de la imagen; hay un tratamiento "caravagesco" de la luz y la sombra que se impone incluso a la maestría del dibujo y se lleva su caligrafía de precisión al misterio, más hondo, de la pintura. Por eso evité hablar de hiperrealismo al comentar la obra donde alienta una poderosa capacidad de pintor.
PUEBLO (Madrid)
M.A. García Viñolas
Talento y sensibilidad, ejercidos con rigor indiscutibles, culminan en la expresividad serena de toda esta obra suya amorosamente trabajada. Nada de alarde gratuito hay en este trabajo inteligente y sensible, sino el respeto al poder y la fuerza de la realidad. En ellas se condensan las más delicadas vibraciones, ya en la claridad entera como en los contrastes con la sombra, o la oscuridad acaso.
LA VANGUARDIA (Barcelona)
Fernando Gutiérrez
El asombro es lo primero que este joven maestro nos produce desde el primer momento que entramos en su exposición. Sus cuadros nos abruman, nos empequeñecen, por la fuerza de su dibujo, la calidad de la materia, la inverosímil manera de conseguir una tersura, unas transparencias y unas figuras encuadradas en el más puro realismo. No hay trampa ni cartón en su pintura. Austero, con una sinceridad estética poco común, Bosque nos regala la creatividad honda de los grandes artistas del pincel... Su vocación, su talento, su sensibilidad, hacen de Sergio Bosque una figura de las más destacadas en el mundo de la plástica actual y no sabemos si su trayectoria podrá alcanzar aún más altas cotas, lo que daría lugar, en su caso, a colocarle en la picota de los pintores sugestivos y perdurables.
Crítico de Arte.
Carlos Ballester
Su excepcional dominio del dibujo, así como su innato sentido del colo y el significado poético que impregna a sus creaciones, sitúan a este artista muy por encima de la mayoría de los pintores que hoy cultivan el realismo.
YA (Madrid)
Mario Antolín
Pintor radicado en el área catalana, Bosque llega a Madrid para confirmar su puesto destacado dentro del realismo lírico. Es característico de estos pintores la perfección técnica y Bosque en sus cuadros y dibujos sobrepasa las fronteras, logrando el "más difícil todavía" del prodigio realista. El mérito de este pintor es haber humanizado sus cuadros, despojándolos de su inanimidad y aproximándolos a nuestra sensibilidad. Dignos de mención son sus dibujos que nos recuerdan las geniales creaciones de un Rackham o un Apeles Mestres.
ABC (Madrid)
Javier Rubio
Su originalidad temática opera en base de interpretación realmente trascendente, en obra renovadora de su propio arte, liberado de influencias y con admirable afán por llevar a su pintura los sentimientos humanos con una auténtica presencia viva, no exenta de vuelo lírico, es melodía en el más amplio abanico pictórico, con justa y admirable armonización del color y la forma. Bosque pinta con amor y total entrega, conjuntando ternuda y efusión unas veces, para convertirse en apasionados arranques otras, penetrando con vehemencia no sólo en el tema, sino también en su desarrollo, motivando así una aparición sentimental exquisita, perfecta, por su trazado y su entonación excepcional, que la hace distinguirse de otras similares por la pureza de su propia realización, en el alarde de todas sus facultades expresivas. La pintura de Bosque mantiene consigo misma extensos y mudos diálogos, sujeta continuamente a reflexivos análisis, tratando de hallar, evitando el riesgo de destruir ese encanto mágico, ese algo indefinible, generoso y etéreo que como en fantasía musical nos envuelve en su clima, en la verdadera realidad pictórica de este excepcional pintor.
Barbadillo
Posee Bosque una envidiable capacidad para soñar. Y una no menor capacidad para pintar. Con pastel o con óleo, poco importa la técnica que utilice, nos ofrece sus sueños convertidos en pintura. El realismo está presente siempre en su hacer. Y a partir de ello sueña, mezcla distintas realidades, las figuras se funden con entornos querenciales del pitnor, la música, la danza y la literatura son motivaciones de su obra... Es todo un mundo íntimo, desarrollo de las ideas que le asaltan mientras crea. Pienso que Bosque sabe lo que quiere pintar cuando inicia un cuadro pero no lo que pintará. Empieza en una dirección y le van asaltando las ideas, el tema acaba imponiéndose y él se limita, que no es poco, a dar forma pictórica a todo ello. Es Bosque uno de los pintores más imaginativos e interesantes del momento actual. Lo demuestra cumplidamente, una vez más, con la presente exposición.
J. Julio.
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